domingo, 15 de noviembre de 2009

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El ingenuo
Cada aurora (nos dicen) maquina maravillas
capaces de torcer la más terca fortuna;
hay pisadas humanas que han medido la luna
y el insomnio devasta los años y las millas.
En el azul acechan públicas pesadillas
que entenebran el día. No hay en el orbe una
cosa que no sea otra, o contraria, o ninguna.
A mí sólo me inquietan las sorpresas sencillas.
Me asombra que una llave pueda abrir una puerta,
me asombra que mi mano sea una cosa cierta,
me asombra que del griego la eleática saeta
instantánea no alcance la inalcanzable meta,
me asombra que la espada cruel pueda ser hermosa,
y que la rosa tenga el olor de la rosa.
Jorge Luis Borges

domingo, 8 de noviembre de 2009

Para compartir

Inferno, V, 129

Dejan caer el libro, porque ya saben

que son las personas del libro.

(Lo serán de otro, el máximo,

pero eso qué puede importarles.)

Ahora son Paolo y Francesca,

no dos amigos que comparten

el sabor de una fábula.

Se miran con incrédula maravilla.

Las manos no se tocan.

Han descubierto el único tesoro;

han encontrado al otro.

No traicionan a Malatesta,

porque la traición requiere un tercero

y sólo existen ellos dos en el mundo.

Son Paolo y Francesca

y también la reina y su amante

y todos los amantes que han sido

desde aquel Adán y su Eva

en el pasto del Paraíso.

Un libro, un sueño les revela

que son formas de un sueño que fue soñado

en tierras de Bretaña.

Otro libro hará que los hombres,

sueños también, los sueñen.


Jorge Luis Borges

viernes, 6 de noviembre de 2009

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El sueño


La noche nos impone su tarea

mágica. Destejer el universo,

las ramificaciones infinitas

de efectos y de causas, que se pierden

en ese vértigo sin fondo, el tiempo.

La noche quiere que esta noche olvides

tu nombre, tus mayores y tu sangre,

cada palabra humana y cada lágrima,

lo que pudo enseñarte la vigilia,

el ilusorio punto de los geómetras,

la línea, el plano, el cubo, la pirámide,

el cilindro, la esfera, el mar, las olas,

tu mejilla en la almohada, la frescura

de la sábana nueva, los jardines,

los imperios, los Césares y Shakespeare

y lo que es más difícil, lo que amas.

Curiosamente, una pastilla puede

borrar el cosmos y erigir el caos.

Jorge Luis Borges