RECICLANDO EMOCIONES.

SOY UNA CONSTRUCTORA DE ARTE-

SERLO ME PERMITE PONER EN ORDEN
DIVERSOS ELEMENTOS,

VIVENCIAR EL CAOS DESDE DENTRO.

MANEJAR CONCRETOS RUDIMENTOS.

JUGAR CON ABSTRACTOS PAVIMENTOS

TRANSITAR NOCIONES DIVERGENTES,
AUGURANDO SINFONÍAS EN MI MENTE.

ERIGIR PUENTES LEVADIZOS
GENERANDO CIMIENTOS CON ERIZOS
EXPURGADOS DEL MAR POR EL OLEAJE
AL LÍMITE FINITO DEL HECHIZO.

CONCEBIR UTÓPICAS ESCENAS
EN EL ESTUCO MALOGRADO DEL INSTANTE,
PATINAR POR SINUOSOS LABERINTOS,
EN PRO DE UNA OBRA RELEVANTE.

ARMAR NIDOS
CON CARTONES ENTELADOS
SOSTENIDOS EN HORQUETAS ARBOLADAS,
CATEDRALES DE PALOMAS SIN DESTINO,
MENSAJERAS DE ESCAYOLA Y PIEDRA PARIS.

MAQUILLAR LA EPIDERMIS DEL PLANETA,
GEOGRAFÍA TOXICA Y RADIANTE,
DE ECONAUTAS SIN FÓRMULAS/RECETAS,
UNA INFANCIA OXIDADA SIN AISLANTE!!

REVEER BOCETOS EXILIADOS
EN LA CHATARRA EMOCIONAL
QUE NOS HABITA,
RECICLANDO LA MAGIA
DEL DECENIO,
ESCULPIENDO EL CEMENTO
SIN DESDICHA.

DE UNA GALAXIA A OTRA

UNO NO ELIGE
LA MADRE
QUE LE TOCÖ EN SUERTE.
LA TIENE.
AGRADECE LA VIDA CONCEDIDA
EL CORAZÖN ABIERTO
EL DERROCHE DE ABRAZOS
LA ONOMATOPEYA DE SUS RETOS
Y LOS SANTOS COMPARTIDOS.

UNO NO ELIGE
LA MADRE QUE LO ALUMBRA.
SOLO CRECE
COMO GRAMILLA
ADOQUINADO EN SU ESPALDA.
ORBITA CONFIADO
ESA GALAXIA DE AMOR-LUZ
SEMILLERO DE ESTRELLAS
DONES Y GENTES.

UNO NO DECIDE
POR NUESTROS HIJOS.
LOS HONRA.
SOLO ACOMPASA
EN SINTONIA.
PARAFRASEA NOTAS
EN EL VIBRATTO DE SUS VIDAS
NUESTRAS VIDAS.

ESTOY VIVA COMO FRUTA MADURA

Estoy viva
como fruta madura
dueña ya de inviernos y veranos,
abuela de los pájaros,
tejedora del viento navegante.

No se ha educado aún mi corazón
y, niña, tiemblo en los atardeceres,
me deslumbran el verde, las marimbas
y el ruido de la lluvia
hermanándose con mi húmedo vientre,
cuando todo es más suave y luminoso.

Crezco y no aprendo a crecer,
no me desilusiono,
ni me vuelvo mujer envuelta en velos,
descreída de todo, lamentando su suerte.
No. Con cada día, se me nacen los ojos del asombro,
de la tierra parida,
el canto de los pueblos,
los brazos del obrero construyendo,
la mujer vendedora con su ramo de hijos,
los chavalos alegres marchando hacia el colegio.

Si.
Es verdad que a ratos estoy triste
y salgo a los caminos,
suelta como mi pelo,
y lloro por las cosas más dulces y más tiernas
y atesoro recuerdos
brotando entre mis huesos
y soy una infinita espiral que se retuerce
entre lunas y soles,
avanzando en los días,
desenrollando el tiempo
con miedo o desparpajo,
desenvainando estrellas
para subir más alto, más arriba,
dándole caza al aire,
gozándome en el ser que me sustenta,
en la eterna marea de flujos y reflujos
que mueve el universo
y que impulsa los giros redondos de la tierra.

Soy la mujer que piensa.
Algún día
mis ojos
encenderán luciérnagas.

GIOCONDA BELLI