miércoles, 29 de enero de 2014

Mujer, llenaste de tierna belleza
mis días de exilio,
Y me aceptaste en tu cercanía
con una gracia pura
como la sonrisa de la estrella desconocida,
que me saluda
mientras estoy a solas  en el balcón,
fija la mirada en la noche austral.

Llegó la voz de lo alto: “Te conocemos
pues llegas de la oscuridad del infinito”
como nuestro huésped, el huésped de la luz.

Así, con la misma voz fuerte me gritaste,
“Te conocemos”
Y aunque ignoro tu idioma  mujer,
lo escuche expresado en tu música,
“Tu eres siempre nuestro huésped en esta tierra,  poeta,
el huésped del amor”

 RABINDRANATH  TAGORE
 Poema a Victoria Ocampo.

1924

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